El samovar es un implemento indispensable en la cultura tradicional del té en Rusia.
Básicamente, se trata de un recipiente metálico que hierve agua.
Aunque se considera un invento ruso del siglo 18, se han encontrado piezas similares de hace tres mil seiscientos años en Azerbaiyán.
Los samovares tradicionales utilizan leña o carbón, el cual se introduce desde arriba a una cámara cilíndrica en su interior.
Alrededor de esa cámara, se añade el agua para así hervirla.
En la actualidad, los samovares son en su mayoría eléctricos pero el concepto es el mismo.
En la parte superior se coloca una tetera que contiene un té concentrado. La parte de abajo la mantiene caliente.
Comúnmente se prepara un té negro.
Se sirve un poco de té concentrado de la tetera en cada taza, y luego se diluye con el agua caliente del samovar.
Hay diferentes razones por las que se utiliza el té concentrado.
Primero que todo, permite a cada quien graduar la intensidad del té a su preferencia.
En segundo lugar, permite añadir más agua para hervir sin tener que preocuparse por la concentración del té en la infusión. Es decir, es una manera más rápida de hacer una gran cantidad de té, siempre caliente, que con sólo una tetera.
Ya no hay un samovar en todos los hogares rusos, pero de todos modos es muy conocido.
Además, se utiliza también en otros países como Irán y Turquía.