La porcelana se desarrolló en China, durante la dinastía Han oriental (25 – 220 DC).
Aunque ahora nos parece un material muy común y poco especial, tuvo una gran importancia en el comercio internacional y aún hoy hay muchos coleccionistas que pagan fortunas por una pieza única.
Esta fiebre de la porcelana empezó en Europa.
¿Por qué fue tan codiciada la porcelana en Europa?
La porcelana era desconocida en Europa hasta el siglo 16. En esa época se empezó a importar en cantidades considerables desde China.
Las piezas de alfarería hechas en Europa por esos tiempos eran de terracota o loza. Tenían una apariencia áspera y gruesa al ser comparadas con la porcelana.
Al ver que la porcelana era blanca, traslúcida, brillante, y delgada, los europeos quedaron maravillados.
Además era más dura que la cerámica local, resistente al calor, y no se rayaba.
En el comienzo no se sabía que era una cerámica. Incluso se pensaba que tal vez se trataba de un tipo de piedra preciosa.
Muchos en Europa intentaron experimentar para lograr producir la porcelana, pero no tuvieron éxito.
Además de ser algo exótico, las vajillas de porcelana tenían diferentes diseños que eran muy elaborados.
Esos paisajes, personas, y animales de tierras lejanas causaban mucha curiosidad. Invitaban a imaginar cómo era la vida en China.
La idea de que un objeto utilitario también podía ser una obra de arte, era revolucionaria.
Rápidamente, las porcelana se volvió un producto con mucha demanda para la clase alta.
No era algo barato, así que tener artículos de porcelana en la casa era un símbolo de poder económico y de buen gusto.
Por esos tiempos el té también era un producto chino muy apreciado. Las tazas de porcelana eran el complemento perfecto.
Estamos hablando de toneladas de porcelana que hacían el largo recorrido desde China hasta Europa.
En el siglo 18, la clase media también adquiría una gran cantidad de porcelana.
¿De qué está hecha la porcelana?
El primer ingrediente es el caolín, un mineral de arcilla de color blanco.
Su nombre proviene de la palabra «Gaoling» en chino que es un pueblo cerca de Jingdezhen.
Jingdezhen es el centro de producción más importante de porcelana en China desde hace más de mil años.
El segundo ingrediente fue el que le dio más problemas a los europeos, pues no lograban dar con ese secreto.
Era la muscovita, que también se conoce como mica potásica.
En la actualidad se usan otros ingredientes, pero al principio este mineral era la clave.
Increíblemente, desde Jingezhen a Cantón (Guangzhou) en donde esperaban los barcos europeos para recibir su pedido de porcelana, el recorrido era de más de mil kilómetros.
Por lo tanto la porcelana se transportaba por lagos, ríos, y hasta por un paso en una montaña. No era un recorrido fácil.
Finalmente en 1708, Ehrenfried Walther von Tschirnhaus descubrió cómo hacer la porcelana.
Con el tiempo, Europa llegó a producir porcelana en grandes cantidades.
Un dato curioso es que hasta el siglo 18 las tazas en Europa no tenían oreja. Eran las mismas que se usaban en China, como podemos ver en la imagen.