Algunos tés tienen un sabor que no viene naturalmente en la hoja de té. En otras palabras, son tés saborizados.
Tal vez el té saborizado más famoso es el Earl Grey. Se trata de un té negro al que le añaden aceite de bergamota, una fruta parecida a la naranja.
Extractos
Como en el caso del Earl Grey, se extraen aceites de un ingrediente vegetal para saborizar el té. Así podemos tener muchos sabores disponibles como la canela, limón, jengibre, vainilla y chocolate.
Es un método muy fácil para saborizar a un té, aunque su costo puede ser más alto que otras alternativas.
Saborizantes químicos idénticos al natural
Es posible sintetizar algunos componentes químicos responsables del sabor en ciertos ingredientes. De esta manera se tiene un sabor igual al natural, aunque su origen no sea natural.
La cantidad de este tipo de saborizantes es sorprendente. En muchos países se consideran artificiales, pero de todos modos se utilizan a menudo por su bajo costo.
Uno de los más comunes es la vanilina, que como su nombre indica, da un sabor a vainilla idéntico al natural.
Saborizantes artificiales
El saborizante artificial utiliza una molécula que no es la misma que se encuentra en el ingrediente de forma natural.
La razón de utilizar un sabor totalmente artificial puede ser que la molécula sea más barata, tenga un sabor más intenso, o que sea más estable.
El té de frutos rojos
Aquí en Colombia parece que está de moda el té saborizado de «frutos rojos».
Decidí salir al supermercado más cercano para ver qué ingredientes utilizaban dichos tés. Cabe aclarar que todos estos tés son de bolsita.
Uno que es importado tiene un saborizante de «té y frutos rojos». Otro tiene flor de jamaica, moras y fresas deshidratadas, y «sabor idéntico al natural a frutos rojos». Finalmente, el último que vi sólo dice «saborizantes naturales».
Como pueden ver, no queda claro qué son exactamente los frutos rojos. Parece más una palabra con fines de mercadeo que unos ingredientes definidos.
Aunque no soy un fan de las mezclas de té, yo las recomiendo por encima del té saborizado. Prefiero un sabor de un ingrediente añadido que de un saborizante, pero cada quien tiene sus gustos.