Según los registros históricos es posible que el Emperador Saga (嵯峨天皇) haya sido uno de los primeros emperadores japoneses en tomar té.
Era un admirador de la cultura china y fue el primero en oficialmente impulsar el cultivo del té en Japón.
El Emperador Saga reinó desde el año 809 al 823, y su nombre verdadero era Kamino (神野).
Era un experto en caligrafía, se encuentra entre los tres calígrafos más famosos del periodo Heian (794 a 1185). Además, escribía poemas chinos y organizaba competencias de poesía.
En esa época los japoneses incorporaban muchos aspectos de la cultura china, y uno de esos era el té.
El emperador Saga como promotor del té
En el Nihon Kōki, un texto de historia oficial Japonés, se menciona que en el año 815 el Emperador Saga visitó el templo Suufuku para adorar a Buda. Después visitó el templo Bonshaku y fue ahí donde Eichu (永忠), el monje de más alto rango, le ofreció un té que él mismo había preparado.
El texto más antiguo de Japón donde se habla del té (cerca del año 800) cuenta que dos monjes budistas llamados Saichō (最澄) y Kūkai (空海) trajeron semillas de té desde China.
También se sabe que el Emperador Saga conocía personalmente a estos dos monjes, así que es muy posible que él ya hubiera probado el té desde antes.
Lo más interesante es que ordenó que se cultivaran plantas de té en la capital, e incluso en los alrededores del palacio imperial. El té no se popularizó hasta mucho después, pero esta fue la primera vez que un emperador mostraba su apoyo.
Desafortunadamente, debido a problemas financieros el Emperador Saga se vio obligado a abdicar en el año 823.
Es muy probable que si no fuera por él, el té japonés no gozaría de tan buena reputación en el presente.