Después de terminar todas las infusiones de nuestras hojas de té, aún pueden ser útiles.
Para que las hojas no se degraden es mejor secarlas.
Una de las formas en que se pueden utilizar las hojas de té usadas es como un condimento, casi como si se tratara de un orégano.
Dependiendo del tipo de té, aporta un sabor diferente a la comida.
Como las hojas de té secas también absorben los olores, podemos meterlas en un recipiente y dejar que cumplan esa labor.
Por ejemplo se pueden dejar en la nevera, el baño, tapetes, etc., para desodorizar.
Secando al sol
Si es un día soleado y con alta temperatura, basta con dejar las hojas de té usadas sobre una toalla de cocina desechable para absorber la humedad.
Se requiere de un lugar con ventilación, además de paciencia.
Para lugares muy húmedos, tal vez no sea tan buena idea secar al sol porque se corre el riesgo de que aparezca moho sobre las hojas de té. Si esto sucede, es mejor botarlas a la basura.
Secando en el horno
Para este método hay que usar la mínima temperatura posible, porque si nos descuidamos se pueden quemar las hojas.
Alrededor de una hora puede ser suficiente. Hay que revisar las hojas de té constantemente.
Secando en el horno microondas
Este método es más rápido y por lo tanto es mi favorito.
Sobre un plato ponemos una toalla de cocina desechable, luego las hojas de té usadas que vamos a secar, y encima de éstas otra toalla de cocina desechable.
Después de un minuto en el microondas debemos revisar si las hojas están secas.
Si no, seguimos el proceso por intervalos de 30 segundos. Más de eso podría resultar en hojas de té quemadas.
El tiempo total en sí depende de la cantidad de hojas de té.