A menudo los amantes de té nos damos cuenta de que tenemos varios tés guardados que no hemos tomado aún.
La recomendación es empezar con los verdes, porque el té verde mientras más fresco es mejor.
Precisamente, una de las características más importantes del té verde es que tiene un aroma muy fresco.
Con el tiempo, el té verde se va oxidando, especialmente si ya hemos destapado el paquete. No es que se dañe del todo, pero si pierde aroma y sabor.
Por desconocimiento, mucha gente deja un té verde de alta calidad «para una ocasión especial» y así se degrada.
El matcha es el té verde más delicado. Se oxida aún más rápido.
Entonces debemos tomar el matcha seguido después de abrir el empaque para no arriesgarnos a que se oxide demasiado.
Cómo conservar el té verde por largo tiempo
La única forma de mantener la frescura de un té verde por largo tiempo, y además añejarlo, es guardándolo a baja temperatura. Puede ser en la nevera.
Hay que asegurarse de que no le vaya a entrar humedad, y que al sacarlo de refrigeración no se abra el paquete hasta que llegue a temperatura ambiente.
Si abrimos un té refrigerado inmediatamente, el cambio de temperatura hace que la humedad se condense en pequeñas gotas y éstas hacen que las hojas de té se estropeen.
Es por eso que en general no se recomienda refrigerar el té.
Hay que tener en cuenta que un té verde oxidado es menos saludable porque ya no contiene la misma cantidad de antioxidantes. Es mejor disfrutarlo cuando aún está fresco.