Una vez que terminas de infusionar tu té, aún quedan compuestos saludables en las hojas, especialmente si es un té verde.
Para tés muy costosos como por ejemplo el gyokuro, yo recomiendo comer las hojas al final para sacarle el máximo provecho.
En las hojas de té tenemos algunos compuestos que no son solubles en agua. Es decir, no se disuelven en el té líquido al prepararlo y por eso no los podemos consumir.
Entre estos están la vitamina E, el beta-caroteno, y la clorofila. La única forma de aprovecharlos es comiéndose las hojas de té, o tomando un té en polvo como el matcha.
En efecto, cuando tomas matcha, básicamente estás ingiriendo las hojas de té completas. Esta es una de las razones por las que el matcha es tan saludable.
En Japón no es raro ver a una persona comiendo hojas de té usadas con un poco de salsa de soya, o salsa ponzu.
Hay que tener cuidado de no agregar mucha salsa, sólo con un poco basta.
Las hojas de té también pueden usarse como parte de una ensalada. Su sabor es similar al de la espinaca y además de ser ricas en catequinas, son muy bajas en calorías.
Puedes incluirlas en varias recetas, tal como cualquier vegetal.
Finalmente, se debe de tener en cuenta que las hojas de té contienen cafeína, por lo que lo mejor es no comer demasiadas hojas a la hora de la cena para evitar el insomnio.