El maridaje entre el vino y la comida es algo muy conocido. Pero no tantas personas saben que el mismo concepto también aplica al té.
Veamos algunas maneras básicas de hacerlo.
Maridaje entre sabores similares
Si un tiene un sabor característico, puede combinar bien con una comida que también lo tenga.
Por ejemplo, el sencha es un té verde con tonos marinos. Combina muy bien con la comida de mar.
El té con un sabor dulce como es el caso de algunos tipos de té negro y té azul, va bien con postres.
Los tés terrosos como muchos de los tés oscuros, van bien con champiñones, papas y lentejas.
Otro ejemplo son los tés tostados como el houjicha. Maridan bien con comidas ahumadas y tostadas.
Maridaje entre sabores diferentes
Una forma de maridar el té y la comida es utilizar sabores diferentes pero compatibles.
Un té dulce hace un buen maridaje con una comida ácida. De igual manera, un té con sabor amargo como el matcha es bueno para acompañar a un postre.
Así como la combinación entre caramelo y sal es deliciosa, un té dulce con una comida salada también puede resultar muy agradable.
De igual manera, los tés con alto contenido de sabor umami como el gyokuro hacen maridaje con alimentos salados.
Otro maridaje interesante son los tés astringentes, como algunos tés negros y verdes. Éstos ayudan a contrarrestar las comidas muy grasosas.
Veamos algunos de los sabores que podemos encontrar en el té: floral, frutal, herbal, vegetal, amaderado, frutos secos, mineral, lácteo, etc.
Así que la gama de posibilidades es muy amplia. Incluso más que en el vino.