La soda de té es simplemente un té con agua carbonatada. Existen versiones comerciales, pero es muy fácil de preparar en casa.
En internet hay muchas recetas para esta bebida, así que decidí probar varias hasta encontrar la que mejor me pareciera.
La idea es hacer una soda de té sin sabores o colores artificiales, y con té en hojas para que el sabor sea más agradable.
Con el té en polvo saborizado, la bebida resulta de un sabor diferente del verdadero té, y con el té de bolsita a menudo resulta muy amargo.
Entre las recetas que encontré, la proporción de té preparado y soda va desde 1/4 té hasta 3/4 de té y el resto en soda. Al hacer las pruebas, decidí que lo mejor es 3/4 de té porque de lo contrario queda un sabor de té muy ligero.
También cabe aclarar que no estoy endulzando la bebida, pero lo puedes hacer si quieres.
Esta receta es válida para cualquier tipo de té.
Ingredientes:
- Hojas de té, suficientes para hacer 3/4 del volumen de un vaso
- Agua caliente
- Soda (fría)
Se debe preparar el té aparte, para luego agregar la soda. El té debe enfriarse antes de que se mezcle con la soda, puede ser en la nevera o simplemente dejándolo un rato hasta que quede a temperatura ambiente.
Otra opción es infusionar en frío. Es decir, preparamos el té en agua fría, aunque el proceso es mucho más largo.
Mi vaso es de 300 ml, así que lo que hice fue preparar 225 ml de té verde. En este caso escogí el bancha, pues es un té verde económico.
Servimos el té en el vaso y esperamos a que se enfríe. Después añadimos la soda, no hay necesidad de mezclar.
En este punto se puede endulzar. A mi me gusta más el té sin dulce, pero es como uno prefiera.
El sabor es agradable, en verdad sabe a té. Las burbujas de la soda lo hacen aún más refrescante.
No hay necesidad de comprar bebidas gaseosas, la soda de té es más saludable y muy rápida de preparar.