Estos principios tienen sus raíces en el budismo zen, y se atribuyen a Sen no Rikyū.
Wa, Kei, Sei, Jaku (和敬清寂) se pueden traducir al español como armonía, respeto, pureza y tranquilidad.
和 (wa, armonía)
Este símbolo lo podemos ver en palabras como chōwa (調和, armonía) y heiwa (平和, paz).
La armonía no sólo tiene que ver sólo con las personas, también aplica a la relación entre el ser humano y la naturaleza.
El concepto de la armonía está tan arraigado en la cultura japonesa, que incluso este símbolo se usa para referirse a Japón. Por ejemplo washoku (和食) significa comida japonesa.
Si estamos en armonía con los demás y el entorno, vamos a tener paz.
敬 (kei, respeto)
Se debe respetar a los demás así no estemos de acuerdo con ellos. Es algo muy fácil de entender.
En la ceremonia del té el respeto además incluye un sentido de gratitud. Al sentir gratitud naturalmente ofrecemos respeto.
Esta gratitud también se dirige a los objetos, como por ejemplo los utensilios para preparar el té.
清 (sei, pureza)
Todos tenemos claro que no podemos servirle una taza de té sucia a un invitado.
Pero el principio de la pureza va más allá que la limpieza.
En la ceremonia vemos que los utensilios se purifican de manera muy cuidadosa con un paño de seda llamado fukusa, sin importar que al principio estaban limpios.
Esto en realidad simboliza no sólo la purificación de los utensilios, si no que el anfitrión está purificando su propio corazón para poder servir el té sinceramente a sus invitados.
寂 (jaku, tranquilidad)
Se dice que cuando se dominen los tres principios anteriores, se puede tener la tranquilidad.
Por un lado se puede asimilar al momento calmado y callado cuando se está tomando el té.
También se refiere a que la mente no se perturba fácilmente. Se mantiene la postura así sucediera algo inesperado.
Después de mucha práctica, el practicante alcanza la tranquilidad y puede hacer los movimientos con la mente en blanco, viviendo en el presente.