Wabi sabi (侘び寂び) es un sentido japonés de la estética que encuentra belleza en lo natural, imperfecto, incompleto, e impermanente.
Aún para un japonés no es fácil de definir. Pero se puede decir que causa una sensación de melancolía y nostalgia.
Poro ejemplo, en un cuarto de té tradicional todo es muy simple, con muy poca decoración, y rústico.
Tiene un techo bajo y no hay muebles. Pero estando en ese espacio tan austero, se puede sentir su belleza profunda.
Historia del Wabi Sabi
El wabi sabi tiene sus raíces en el budismo, que afirma que todas las cosas son impermanentes.
Nada dura, siempre hay un estado de cambio así que el deterioro es inevitable.
Los monjes zen empezaron a apreciar los objetos que sugerían el paso del tiempo.
El monje Ikkyū unió el zen y el té en Japón, y también proponía la austeridad de la vida monástica en los utensilios de té.
El pupilo de Ikkyū, Jukō, empezó el estilo wabicha de la ceremonia del té que enfatizaba la simplicidad.
Este estilo de la ceremonia del té sería heredado por Takeno Jōō y finalmente Sen no Rikyū lo perfeccionó.
Aunque el wabi sabi es más evidente en la ceremonia del té, también se encuentra en la mayoría de las artes de Japón.
Como la ceremonia del té gozaba de mucha popularidad, el wabi sabi se extendió a otras áreas como la poesía, el bonsai, y la música honkyoku.
Wabi y sabi son dos palabras diferentes, pero ahora se utilizan como una sola.
Cada palabra tenía un significado diferente, pero lo mejor es no añadir confusión con esos significados de antaño.
Wabi es el sentido de encontrar suficiencia en lo rústico e insuficiente.
Sabi significa simplicidad elegante.
Más sobre Wabi Sabi
El wabi sabi se puede ver en los utensilios que tienen formas irregulares. Es decir, no son simétricos.
No sólo eso, su mismo material muestra signos de envejecimiento.
En los jardines tradicionales japoneses, no vamos a encontrar un montón de flores. Eso sería demasiado llamativo.
Lo que si hay es mucho musgo. El musgo evoca el paso del tiempo.
En los países occidentales las antigüedades tienen un valor histórico.
Pero en Japón, el wabi sabi valora no sólo el tiempo en sí, si no la interacción de la naturaleza con el objeto a medida que el tiempo pasa.